Llevaba unos años la mar de tranquilo.
En el Pentágono me tenían dicho que me iban a dejar en paz, que ya no me necesitaban. Los militares paquistaníes me propusieron una casita con un alquiler bastante bien de precio y me instalé con la familia.
De vez en cuando me ponía Al Jazeera, más que nada por estar un poco al loro de lo que hacían los compañeros, pero de tranqui. Lo de la Yihad desgasta mucho, y últimamente no andaba bien del reúma. Aquellos años en las cuevas de Afganistán me han pasado factura.
De repente el domingo me llama por teléfono Obama:
Barack – Oye bin, que vamos para allá
Osama – Pero ¿a estas horas? Mira que las niñas ya están durmiendo. Además, yo ya os he dicho todo lo que sabía, en serio. Preguntarle a Ayman, él está más al loro últimamente.
Barack – Que no, que no es eso. Que… vamos a cazarte.
Osama: – Pero tío, no habíamos dicho que…
Barack – Ya, pero hemos cambiado de opinión.
Osama – De opinión pública, será.
Barack – Algo de eso hay. Mira, ya lo siento, pero se me han torcido un pelín las cosas últimamente y estoy un poco falto de popularidad. Dicen desde que soy marica, que soy musulmán… hasta dudan de mi certificado de nacimiento.
Osama – Y es culpa mía.
Barack – No, pero eres nuestra última oportunidad.
Osama– vaya. Lo de Gadafi no… bueno sí, he visto en la tele que no lo lleváis muy bien lo de Libia tampoco. Es que sois unos mantas, te lo tengo dicho. En fin, y cómo hacéis, ¿venís ya… ya?
Barack – en 10 minutos.
Osama -joder. Y tengo que hacer algo en especial?
Barack – No, los chicos se encargan de todo.
Osama – Bueno, te voy a colgar que estas conferencias salen carísimas.
Y como decía Barack, a los diez minutos vinieron. No sé que lío tuvieron con el helicóptero que lo tuvieron que volar por los aires.
Lo más fastidioso fue pringar todo de sangre pero tampoco tardamos mucho. Me dio pena que eliminaran a los dos guardaespaldas. Ya llevaban tiempo conmigo y eso. Lo de mi mujer… Bueno, era muy marimandona, pero también me dio un poquito de aprensión.
Y creo que el resto de la historia ya la conocéis, más o menos.
Ahora sigo la mar de tranquilo, pero creo que el nuevo escondite no le va a hacer nada bien a mi reúma.
El Satiricón. 